Cada cosecha de vinos chilenos cuenta con cambios que diferencian unas cosechas de otras. Cómo resultados, no todos los vinos saben igual y no todas las temporadas son favorables para la elaboración de este. Por lo tanto, conocer las mejores cosechas de vino chileno te ayudará a valorar la personalidad de cada vino.
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La cosecha: un factor importante
Para los vinos, la temporada de cosecha se ve influenciada por elementos externos, como el clima o el terreno. En ese sentido, estos factores impactan en las cepas con las que se elaboran todos los vinos.
La calidad y el carácter de la uva depende de su ciclo natural, en donde crece y recibe diferentes aportes de su entorno. En este punto radica la importancia de la cosecha en el vino, ya que, de un cultivo favorecido por el clima y el suelo, pueden salir los mejores ejemplares.
La cosecha de un año no tendrá las mismas características de la del año siguiente. Las lluvias, los días soleados, las variaciones de temperatura y la humedad determinarán las características de las uvas utilizadas en esa temporada.
Los viñedos suelen planificarse para mejorar el rendimiento de cada año. Asimismo, se encargan del riego y mantenimiento para garantizar la concentración de estas. Como resultado, cada época tiene un sabor y aroma diferente, que puedes reconocer por sus condiciones.
En Chile, los vinos se elaboran desde el final del verano hasta principios de otoño. Para ser más exactos, desde febrero hasta mayo. En sí, la fecha que marca la etiqueta de cada vino muestra el año en que la uva fue cortada. Por lo tanto, no tiene que ver con el tiempo de guarda.
Para los expertos, esta información es de valor, además, las cosechas suelen determinar el precio de la botella. Además, si la temporada es mala, la marca puede decidir no vender el vino producido.
Los mejores años del vino chileno
Las tierras para la viticultura chilena ofrecen las condiciones adecuadas para que cada ejemplar consiga su punto perfecto de equilibrio. Por tanto, son muchos los premios que han ganado estos vinos, sobre todo en los últimos 5 años. Los catadores profesionales publican reseñas positivas para las últimas temporadas, incluyendo tanto las cepas tintas cómo las blancas.
En este sentido, se ha determinado que la cosecha de 2014 fue excelente. Con vinos variados de alta calidad, Chile logró posicionarse entre los mejores países exportadores de vino.
Luego, el 2016 es considerado un año negativo para los vinos tintos, ya que fue húmedo. Por lo tanto, esta cosecha suele carecer de carácter resaltante.
El 2017 fue trascendental para el vino blanco, ya que alcanzó a lanzar uno de los mejores vinos de la época. Perfectamente equilibrado, los ejemplares de ese año son reconocidos por su sabor fresco, con sabores interesantes con cada sorbo.
El 2018 y 2019 son los últimos años con registro vitivinícola. En ambos su desarrollo fue excepcional. Por lo tanto, han seguido el ejemplo de sus predecesores.
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